Movimiento de un anfibio: la rana

Los sapos y las ranas son anfibios. La gran mayoría de los animalitos que encontramos en este grupo transcurren una transformación durante su desarrollo. En su etapa juvenil son acuáticos, la forma de su cuerpo semejando a la de un pez y respirando por medio de branquias. Durante la transformación o metamorfosis las aletas se desarrollan en patas, la cola desaparece, y la respiración se vuelve pulmonar. Sufriendo aun más cambios internos no tan fáciles de apreciar a simple vista.

Encontramos a las ranas y los sapos en prácticamente todo el mundo. Sólo se ausentan de las regiones árticas y los desiertos más áridos. Algunas especies viven la mayor parte de su vida adulta en el agua, mientras que otras son estrictamente terrestres.



A todos los miembros de este grupo se les llaman ranas, pero es práctica común usar este nombre en aquellos que tienen la piel húmeda y lisa. Las ranas tienen un cuerpo delgado, son bien ágiles y excelente saltadoras. Los sapos tienen la piel seca y de aspecto áspero. También son de cuerpo ancho y no dan la apariencia de ser tan ágiles, aunque muchos de ellos sí pueden dar su saltico.

Se estiman unas 3800 especies de ranas y sapos viviendo en el mundo hoy en día. De éstas, la más pequeña apenas logra los 10 mm de longitud, mientras que la más grande sobrepasa los 30 cm, llegando a pesar más de 3 kg.

Rana, nombre común de un anfibio perteneciente al orden que engloba también a los sapos (véase Anuros). Las ranas viven en todo el mundo a excepción de la Antártida, pero alcanzan su máxima variedad en áreas tropicales. Están ligadas al medio acuático pues precisan del agua para llevar a cabo su ciclo vital.

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Características físicas

Las ranas son animales de piel lisa y suave, ojos saltones que pueden ver casi en cualquier dirección y tímpanos auditivos externos. Los adultos carecen de cola. La mayoría de ellas tienen patas traseras largas, que les permiten dar grandes saltos, y pies palmeados que las convierten en excelentes nadadoras.

Los sistemas internos de la rana son típicos de la mayoría de los anfibios; de hecho, éstos eran llamados en su origen, batracios, del griego antiguo batrachus, que significa rana.

La mayoría de las ranas, en especial los machos, emiten sonidos. Al expulsar el aire de los pulmones, éste hace vibrar las cuerdas vocales de la laringe, produciendo sonidos característicos de las diferentes especies. Los machos de las especies que poseen un saco resonador —que se hincha enormemente cuando la rana emite sonidos para atraer a su pareja— producen un sonido mucho más intenso. La lengua de la rana está fijada en la parte anterior de la boca en vez de en la parte posterior, y está cubierta de una sustancia pegajosa que la convierte en una trampa eficaz para cazar insectos.

Durante su vida la rana experimenta una metamorfosis completa, que atraviesa las fases de huevo, una fase larvaria similar a un pez y al final la fase de adulto. Ponen sus huevos en el agua, donde dan lugar a renacuajos (larvas de cuerpo corto), a principios de la primavera o el verano, fase en la que presentan branquias y cola. Al irse desarrollando, el renacuajo pierde la cola, desarrolla las patas y, finalmente, sale del agua en forma de rana adulta.
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Comportamiento

Las ranas viven en diferentes hábitats, pero la mayoría de ellas prefiere las regiones húmedas. Aunque respiran aire, las ranas pueden permanecer sumergidas durante largos periodos, absorbiendo oxígeno a través de la piel. Las ranas arborícolas están adaptadas a la vida sobre los árboles; otras son exclusivamente acuáticas y las hay que pasan la mayor parte de sus vidas en madrigueras subterráneas, de las que salen sólo para alimentarse o para reproducirse. Como ocurre en todos los anfibios, la temperatura corporal de las ranas depende de la de su medio ambiente; en las regiones más frías se entierran en el suelo para hibernar (véase Hibernación). Algunas de ellas, como las ranas australianas, estivan —es decir, pasan los periodos de calor intenso en estado latente— tras enterrarse en arena y arcilla. Las ranas se alimentan principalmente de insectos, gusanos, arañas y ciempiés, aunque las acuáticas a veces comen otras ranas, renacuajos y peces pequeños, mientras que las ranas más grandes pueden comer animales del tamaño de los ratones o las serpientes acuáticas recién nacidas. En ocasiones pueden capturar presas demasiado grandes para comérselas de una sola vez, en cuyo caso las dejan sobresalir de la boca y las ingieren gradualmente, atragantándose o regurgitándolas.
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Tipos de ranas

Los 4.000 miembros del orden de las ranas y los sapos se dividen en unas 22 familias, principalmente sobre la base de las diferencias existentes entre sus esqueletos y sus dientes. Los sapos difieren, en su aspecto externo, de las ranas en que su piel es más seca y con frecuencia está cubierta de verrugas; además, la mayoría de ellos pasa la mayor parte de su vida en tierra.

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